El metelinense era ya inmortal cuando ocurrió su óbito en 1547. Según Bernal Díaz, incluso en vida gozó de una gran popularidad, similar a los grandes héroes clásicos. Del mismo modo, a finales del siglo XVI, escribía fray Francisco de Torres que a Castilleja de la Cuesta acudían numerosas personalidades buscando la casa y la habitación concretas en las que feneció. Allí, muchos religiosos rezaban por su alma y «se llevaban tierra de las paredes para memoria de este héroe», y algunos eran americanos o extranjeros, pues hablaban lenguas que no entendía.
Igualmente, Eduardo Rodríguez Gordillo se hizo eco de unas palabras muy parecidas referidas a su supuesta casa natal y que se remontaban al menos a principios del siglo XVIII. Al parecer, Vicenta Bastoné, antigua dueña de la vivienda, antes de su devastación por las tropas napoleónicas, contaba que sus abuelos la llevaron en reiteradas ocasiones a la habitación donde nació el conquistador, al tiempo que le decían: “Hemos visto varias veces a extranjeros arrodillarse en este sitio y llevarse un poco de tierra en prueba del cariño y respeto que tenían a tan grande hombre”.
Su casa natal en Medellín se convirtió durante siglos en lugar de peregrinación, al menos hasta la guerra de Independencia, en que resultó destruida. En los años setenta del siglo XVIII, el naturalista irlandés Guillermo Bowles vino a España y uno de los primeros lugares que visitó fue la morada de Hernán Cortés, lo que pone de manifiesto la gran popularidad que gozaba el conquistador en el Siglo de las Luces. Incluso después, en 1868, en el solar donde se presuponía nació el conquistador, se ordenaron trazar unos planos, y muchas autoridades pasaban por allí a rendirle homenaje, como hicieron tanto el rey Alfonso XII como el general Miguel Primo de Rivera, siendo presidente del Gobierno. Testigos presenciales relataron que el general Miguel Primo, cuando iba de paso por Extremadura, se detuvo en Medellín para visitar el solar de la casa en la que Cortés nació, al igual que hiciera décadas antes el rey Alfonso XII. Y cuentan que se cuadró militarmente ante su estatua, y derramó unas lágrimas de emoción.
PARA SABER MÁS:
Esteban Mira Caballos, “Hernán Cortés, una biografía para el siglo XXI”, Barcelona, Editorial Crítica, 2021, pp. 31-39.
Dani dice
Una cosas es tener fama, y otra que esta sea buena o mala. Me da que muchos de esos visitantes extranjeros no tendrían muy buena opinión.