Hace tiempo que me habían recomendado esta investigación histórica del gran especialista en la América hispánica, Esteban Mira Caballos, y, el otro día, mientras buscaba en una librería, fui a dar, por casualidad, con uno de los ejemplares.
Debo decir que, la pluma de Mira Caballos, es ligera, y no se entretiene en vaguedades, sino que va a lo que interesa, narrándolo con diligencia y efectividad.
Es notoria, por otro lado, la simpatía que siente el historiador por nuestro personaje, el conquistador extremeño, Francisco Pizarro, de tal manera que se siente la indulgencia por las miserias, y la admiración por las grandezas y virtudes, de una de las figuras españolas de la Conquista de América, más controvertidas, pero, a la vez, sobre la que pesa una leyenda negra, que el historiador ha tratado de comprender mejor en su estudio, desmintiendo o afirmando la verdad, de lo que se ha podido aclarar en las investigaciones rigurosas, que ha llevado a cabo Mira Caballos.
Al igual que en otros personajes de la Historia de España, los enemigos o los envidiosos, casi siempre compatriotas, han contribuido a ennegrecer esta figura de la Conquista, pero se incide en un personaje muy concreto y cohetáneo de Pizarro, como fue Hernán Cortés, el cual, aún estando emparentado con el Conquistador del Imperio Inca, tuvo la habilidad de rodearse de una serie de biógrafos, a su vez muy hábiles para desprestigiar a Pizarro, de manera que, la gesta de Cortés, quedara aún más alta, de lo que ya de por sí fue, siempre a base de la invención de una serie de bulos o inexactitudes sobre Pizarro, innecesarias en cualquier caso.
Francisco Pizarro fue un hombre inteligente, que supo aguardar su momento para aprovechar la gloria de las armas, y también para convertise en un rico gobernador del Perú. Para la guerra, era un hábil guerrero, y un astuto General, especializado en el combate contra los indígenas americanos, a los que batió, normalmente en marcada inferioridad numérica. Como político, no poseía virtudes de dirección, ni de gestión administrativa, pero sí supo rodearse de gente muy competente y de confianza en tal aspecto.
La trágica muerte de Pizarro, asesinado por los partidarios de su otro socio en la Conquista, Diego de Almagro, al que previamente había combatido y ajusticiado Pizarro, de manera bastante cruel, es lamentado por el historiador Mira Caballos, como algo que se pudo evitar, y que, si no se evitó, pudo ser sospechosamente, porque a Pizarro le traicionaron algunos de sus hombres de confianza.
Definitivamente, recomiendo la lectura de la amena y exhaustiva biografía de Esteban Mira Caballos, sobre el trujillano, Francisco Pizarro, uno de los valores clave de España en la América rebelde, que siempre presentó batalla a los españoles, mientras los propios españoles, ávidos de poder y de riquezas, luchaban también entre sí, por la hegemonía y por los tesoros del que, desde entonces, es conocido como el Continente de la esperanza.
FRAN AUDIJE
Publicado en Revista Unidad Parlamentaria, el 28 de septiembre de 2024
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