
Cuelgo en mi blog esta entrevista que me hizo hace poco una página digital dedicada a la historia y que creo que refleja bien mi opinión sobre los conquistadores, una temática a la que llevo dedicada varias décadas de mi vida. Espero sea de interés de los seguidores de mi blog.
1.
Hace poco publicó un libro dedicado a Francisco Pizarro en el que surge una
visión más cruda de la conquista del Perú, evitando tanto una lectura
apologética que ve a Pizarro como un héroe, como la de los que ven en el
español la persona responsable de un sangriento genocidio.
Francisco Pizarro fue un conquistador, ni más ni menos que eso. Un guerrero que quería conquistar por la fuerza todo un imperio y estaba dispuesto a eliminar a todo aquel que se opusiera a sus deseos.
En toda guerra siempre hay vencedores y vencidos, y quizás de ahí deriven las dos visiones: una, la del héroe que conquistó un Estado de 2.000.000 de km2, ampliando sobremanera el Imperio Habsburgo. Y otra la del guerrero violentó, el traidor, el porquero que provocó la muerte, directa o indirectamente, de miles de personas. Y es que, como diría Walter Benjamin, en toda guerra están los eternamente vencedores y los eternamente vencidos.

La realidad, es que hubo robos, atropellos y asesinatos, como no podía ser menos en una guerra; es de justicia reconocerlo. Pero igualmente hay que convenir que no fue un genocida porque quería gobernar sobre un territorio, quería tributarios y por ello administraba el terror en dosis mínimas para conseguir el efecto deseado.
2.- ¿Quien era Pizarro? Cuáles son las sombras de este personaje y cuáles son las luces?
El trujillano Francisco Pizarro es el arquetipo de conquistador, una persona con escasa o nula formación académica, de orígenes hidalgos, curtido en la guerra y dispuesto a morir o a matar por conseguir honra y fortuna.
No obstante, en este aspecto hay que reconocer una sensible diferencia entre Francisco Pizarro y otros conquistadores mucho más promiscuos o crueles, como Francisco Montejo que acostumbraba a dejar embarazadas a sus indias esclavas para venderlas más caras, o Hernán Cortés un verdadero depredador en cuestiones sexuales. Otros conquistadores fueron mucho más sanguinarios como Alonso de Cáceres, Nicolás Federman o Lázaro Fonte. Sobre todo este último se comportó como un verdadero psicópata del siglo XVI, asesinando indios y violando a niñas de corta edad. Fue deportado de Tierra Firme a Cartagena de Indias y de ahí a Perú, y siempre reincidió.

En cambio, ya el Inca Garcilaso destacó del trujillano su moderación tanto en el comer y el beber como en refrenar la sensualidad. No fue una persona pasional, pues de hecho tuvo la oportunidad de aprovecharse de muchas jóvenes y no lo hizo. Eso sí, estuvo siempre obsesionado por conseguir una gobernación; desde su llegada a Tierra Firme estuvo esperando una oportunidad, que tardaría en presentarse pero que al final consiguió por su incansable tesón.
3.-¿Qué puedes contarnos de la conquista del Perú?
Creo que en pleno siglo XXI estamos preparados para entender lo que era un conquistador del siglo XVI y el sufrimiento que en los pueblos sometidos genera toda expansión imperialista. La conquista del Tahuantinsuyu fue violenta y trágica pero forma parte esencial de la historia de la nación peruana. La historia que no se puede escamotear sino que debemos afrontarla, por dura que ésta sea.
Ahora bien, es importante contextualizarla para no caer en leyendas; los españoles no inventaron la guerra, sino que muy al contrario se remonta al menos a los orígenes de la civilización. Obviamente, no menos daño causaron los romanos en su expansión por Hispania con cercos dramáticos como los de la ciudad de Numancia, con ejecuciones en masa; un verdadero drama para los pueblos iberos, celtas y celtíberos que habitaban la Península Ibérica y que en muchos casos se resistieron hasta el final a la invasión. Pero lo hemos asimilado con naturalidad como parte de nuestra historia. La historia ha sido siempre así; sobre las cenizas de viejas culturas o civilizaciones se han levantado nuevos mundos con renovadas esperanzas. Sobre las cenizas del destruido mundo incaico se produjo un doloroso alumbramiento de lo que hoy es la nación peruana.

4.- Se está realizando una revisión del juicio histórico sobre Cristóbal Colón. Para algunos, el 12 de octubre se celebra un genocidio. En Los Ángeles, la estatua de Colón fue derribada. En Colon, algunos ven al hombre que abrió el mayor mercado de esclavos que la historia recuerda. ¿Qué piensas?
Ya me he posicionado otras veces en torno a esta cuestión. Primero, estoy en contra del actual movimiento iconoclasta que trata de derribar todas aquellas estatuas y monumentos que no se ajusten exactamente a nuestros valores actuales. La actitud no puede ser más absurda; los vestigios del pasado hay que conservarlos, como un legado de otros tiempos, la mayoría poco felices porque, la felicidad son páginas en blanco dentro de la historia. Si derribamos la estatua de Cristóbal Colón, o la de Hernán Cortés, ¿Por qué no destruir también el Acueducto de Segovia obra de un imperio que invadió la Península Ibérica o la Puerta de Alcalá mandada construir por el déspota Carlos III?
Además, ahora se tiende a abusar de la palabra genocidio, pervirtiendo su contenido. Cristóbal Colón no fue un genocida, fue un marino intrépido e incansable. No se puede culpabilizar al genovés de lo ocurrido en el continente americano en los últimos 500 años.
5. En tus estudios, dices una cosa: la Leyenda Dorada (¿rosa?), o la visión de España como un freno a la expansión islámica con Lepanto y la protagonista de la evangelización del Nuevo Mundo, no puede ser una respuesta a la Leyenda Negra. ¿Cómo podemos formular un juicio histórico equilibrado?
La Leyenda como su propio nombre indica no tiene base histórica ni debe ser tenida como tal. Hubo una Leyenda Negra en el pasado que fue usada contra la potencia hegemónica, es decir, contra el Imperio Habsburgo. Tradicionalmente, frente a ésta se luchó con otra leyenda pero de signo contrario, la Leyenda Blanca, Rosa o Dorada según la cual España fue esa gran patria que llevó la luz de la civilización y de la cristiandad a una buena parte del mundo. Entre ambas posiciones legendarias está la historia, y ahí es donde nos posicionamos los historiadores que los hay muchos y muy buenos. Aunque hay diferencias entre nosotros, en lo esencial estamos todos de acuerdo, siendo la visión muy diferente a cualquiera de las dos leyendas:
La conquista fue una guerra, en la que hubo ganadores y perdedores. Tras la expansión de los Habsburgo el mundo cambió radicalmente, para bien y para mal, comenzó la globalización que dejó miles de muertos en el camino, victimas del progreso.

6.-¿Hay un rebrote de la Leyenda Negra en nuestros días?
La Leyenda Negra no existe en la actualidad, entre otras cosas porque España hace mucho que dejó de ser una potencia hegemónica. No obstante, en los últimos años hay un creciente interés por la temática, y algunos insisten interesadamente en su pervivencia. Sin embargo, todo es fruto de la actual situación política, en la que el independentismo está cuestionando las bases del Estado. Como respuesta y como defensa frente a todo ello, hay un rebrote del nacionalismo español, que insiste en que todo lo que se diga contra España y su historia es fruto de la Leyenda Negra que perdura en el siglo XXI. Algo a mi juicio muy negativo porque se ataca al disidente; fuimos maravillosos y todo el que diga lo contrario está abducido por los enemigos de la patria. El Padre Las Casas, el defensor de los indios, el luchador incansable por los más desfavorecidos, es tildado de paranoico, charlatán, mentiroso… En fin, todo esto me parece un desatino.
7.-¿En qué proyecto trabaja actualmente?

En enero de 2021 se publicará mi nuevo libro sobre Hernán Cortés, al que le estoy dando los últimos retoques. Mi objetivo no es hacer una nueva biografía sobre Hernán Cortés, pues hay muchas y algunas de ellas muy buenas. Mi pretensión es hacer la biografía, recopilando todo lo que se sabe a día de hoy sobre su figura y proporcionando una visión del personaje adaptada a un lector del siglo XXI. La historia es un acercamiento al pasado desde el presente que pretende dar respuesta a preguntas que se hacen las personas de nuestro tiempo. Esa ha sido la idea de fondo que ha animado mi obra que espero impaciente la acogida por parte de los interesados en la historia de la conquista y en particular de ese personaje singular que fue, para lo bueno y para lo malo, Hernán Cortés.
La gesta llevada a cabo por España y los españoles desde Colón hasta el siglo XIX durante el que perdemos nuestras colonias de Ultramar, es de una dimensión en el tiempo y de una repercusión histórica irrepetible e inigualable y que con sus luces y con sus sombras, como toda gran gestión, debemos estar más que orgullosos de haber jugado ese papel en el contexto de la Historia Universal.
Todo lo demás supone tener una visión enana y mogigata y acomplejada de nosotros mismos.
Importante declaración del historiador Mira Caballos que nos hace comprender, por añadidura, la trayectoria de los tres socios de la invasión al Tahuantinsuyo.
Se habla de una guerra entre los conquistadores y los incas, que nunca se dió pues no hubo declaración de guerra, tampoco hubo posibilidad de defensa por haber capturado al Inca en una celada y habiendo cobrado un fabuloso rescate igual lo ejecutaron, la leyenda negra existe, aún cuando algunos despistados que fungen de historiadores quieran negarlo.
La ideología, quise decir.
Muy buen artículo sobre un período de la historia que por desgracia estamos olvidando.