
Bartolomé de Las Casas y Manuel Giménez Fernández vuelven a estar de actualidad con esta reedición. El sello Urgoiti editores, en su colección Historiadores, tiene como objetivo rescatar clásicos de la historiografía española, con ediciones muy cuidadas. El más reciente es esta compilación de cuatro artículos sobre fray Bartolomé de Las Casas O.P., firmados por Manuel Giménez Fernández y publicados en la primera mitad del siglo pasado. El libro se compone de dos partes, un extenso estudio introductorio de 88 páginas dedicados al historiador, jurista y político sevillano Manuel Giménez Fernández (1896-1968), y otras 119 carillas que suman los cuatro trabajos reeditados de este autor.
En el estudio introductorio el Prof. Leandro Álvarez Rey redacta un completo estudio de la apasionante biografía del gran jurista, político e historiador lascasista Manuel Giménez Fernández. Un republicano democristiano, militante de la CEDA, que fue muchos años concejal, diputado en Cortes y, finalmente, ministro de agricultura. Pese a su filiación conservadora, su fidelidad a la verdad y su defensa de los más desfavorecidos le granjearon una acendrada enemistad entre el mundo conservador. Tanto fue así que fue conocido con el apodo del bolchevique blanco y, tras la rebelión militar de 1936, estuvo dos veces a punto de ser ejecutado por grupos de incontrolados. Desde entonces se apartó de la política, dedicándose de lleno a su Cátedra de Derecho Canónico en la Universidad de Sevilla y a la investigación de la vida y obra de fray Bartolomé de Las Casas. Giménez se identificó con el personaje, algo nada extraño teniendo en cuenta los paralelismos, pues ambos eran sevillanos, muy creyentes y defensores de la justicia social. Proyectó una gran obra sobre el dominico de seis volúmenes de los que solo llegaron a publicarse los dos primeros, en 1953 y 1960 respectivamente.
El padre Las Casas fue un adelantando a su tiempo que defendió los derechos de los naturales. Para él, todas las personas nacían libres e iguales y solo se podía predicar el evangelio de manera pacífica. Abogó por el fin de las encomiendas y por restituir a los pueblos aborígenes todo lo arrebatado ilegalmente lo que le granjeó la enemistad de la clase encomendera e, incluso, de una parte del estamento eclesiástico. Para llamar la atención del emperador Carlos V, exageró datos, dando a la postre argumentos a los creadores de la Leyenda Negra.

Su actitud combativa en favor de los más desfavorecidos le valió graves calumnias en vida y también después de muerto. Actualmente hay una importante corriente historiográfica que le atribuye gruesos calificativos, como embustero, paranoico, traidor, usurpador de la voz indígena o abanderado del imperialismo eclesiástico. Por todo ello, esta reedición es bienvenida y necesaria pues facilita el acceso a textos esenciales para entender la figura de este precoz defensor de los derechos humanos. Como dice Manuel Giménez, citando al gran historiador estadounidense Lewis Hanke: Las convicciones de Las Casas vivirán por siglos y acabarán por ser reconocidas como una de las máximas contribuciones de España al mundo… Muy de acuerdo con ellos, hay que añadir que el hecho diferencial de la expansión hispánica, además del mestizaje, fue la existencia de esta corriente humanista, encabezada por el acucioso dominico sevillano.
Manuel Giménez Fernández: Bartolomé de Las Casas, precursor de la justicia social, estudio preliminar de Leandro Álvarez Rey. Pamplona, Urgoiti editores, 2022, 211 págs. I.S.B.N.: 978-84-121036-7-0
Esteban Mira Caballos
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