
En estas páginas es mi intención reseñar dos trabajos firmados por el Prof. José Miguel Martínez Torrejón que acaban de ver la letra impresa. Un libro titulado Los pre-textos de La Florida del Inca (Universidad de Alicante, 2020) en el que publica y anota dos manuscritos previos o borradores del texto del ilustre mestizo peruano. Y un artículo titulado “De la casa de Feria a la tribu de Zafra. El Inca Garcilaso en su red social”, editado en la revista Cuadernos de Çafra (N. XVI, 2020) en el que se analiza la búsqueda de patrocinadores en su entorno familiar para conseguir la financiación necesaria para imprimir su obra.
Ambos textos me han inspirado estas líneas en relación a la cuna barcarroteña de Hernando de Soto que sostiene de manera contundente el orgulloso mestizo. Como es de sobra conocido, la cuestión más controvertida sobre el llamado conquistador de las Tres Américas es su lugar de nacimiento, ya que él jamás se refirió a su patria chica. Todas las alusiones a su naturaleza parten de terceras personas y no de su testimonio personal. Esto ha provocado que varias localidades se hayan disputado el honor de ser la cuna del célebre conquistador, fundamentalmente Barcarrota y Jerez de los Caballeros.

Hay que empezar diciendo que en su clásica obra ya citada La Florida del Inca alude al menos en dos ocasiones a su lugar de nacimiento. Por un lado, señala que con la fortuna que trajo de Perú, fruto en buena parte del reparto del botín de Cajamarca, se pudo haber quedado en su tierra, que era Villanueva de Barcarrota, y comprar mucha hacienda (1986: 72). Mucho más adelante ofrece una nueva cita mucho más directa que es la más conocida:
Fue el Adelantado Hernando de Soto, como al principio dijimos, natural de Villanueva de Barcarrota, hijosdalgo de todos cuatro costados de lo cual, habiéndose informado la cesárea Majestad, le había enviado el hábito de Santiago… (1986: 469).
Como puede comprobarse, el Inca Garcilaso estaba convencido de su cuna barcarroteña. Y no podemos olvidar que sus fuentes principales, Gonzalo Silvestre y Juan de Coles, eran extremeños, al igual que toda su familia paterna. Es decir, que en ningún caso podríamos hablar de un desliz o de una errata sino en cualquier caso de un error de bulto, reiterado y persistente. En cualquier caso, hasta aquí no hay ninguna novedad a lo que ya sabíamos.

A continuación, quiero compartir algunas reflexiones que sobre este asunto me ha generado la lectura de las dos obras citadas del Prof. Martínez Torrejón. Hay que empezar subrayando un dato importante: Garcilaso tenía en mente escribir una historia de la jornada de la Florida desde 1560, cuando tenía 21 años. Pero, ¡ojo al dato! no la consiguió imprimir hasta 1605, es decir, ¡45 años después! Sostiene Martínez Torrejón que existió un primer manuscrito en 1589 que fue modificado en 1592, cuando pudo cotejar la versión inicial, tomada básicamente de Gonzalo Silvestre, con las del segedano Juan de Coles y Alonso de Carmona. Cómo no se ha localizado el manuscrito de 1589, no sabemos con seguridad si la nacencia de Soto en Barcarrota la tomó de Gonzalo Silvestre o de Juan de Coles.
Durante varios años circularon varios manuscritos previos al texto final corregido que se editó finalmente en 1605. El autor reproduce el llamado Epítome o resumen que Garcilaso, con la ayuda de un amanuense, redactó para poderlo presentar como sinopsis a los posibles patrocinadores. Fue redactado entre 1596 y 1601 y pese a su brevedad ya incluía una de las alusiones que después aparecería en su obra definitiva:
Con esta suma de ducados en barcos y oro y plata se vino a España Hernando de Soto, y aunque pudiera comprar en su tierra (que era Villanueva de Barcarrota) muchas haciendas, no quiso comprarlas… Deseando emprender otras hazañas (Epítome, 2000, p. 67).
Asimismo, el autor reproduce otro borrador previo del libro, el famoso manuscrito de Sevilla, redactado, según Martínez Torrejón, por el cronista mayor Antonio de Herrera, siguiendo la versión manuscrita de Garcilaso de 1592. Pues bien, también en este nuevo borrador se incluye una interesante alusión al origen del conquistador extremeño:
Hallándose el capitán Hernando de Soto con cien mil ducados que con su trabajo había ganado en la conquista del Pirú, con otros 60 conquistadores, que todos se hallaban ricos y deseosos de reposar de muchos otros trabajos que sin este habían padecido, determinaron de volverse a Castilla, y no teniendo Hernando de Soto condición para vivir retirado en Villanueva de Barcarrota, de donde era natural, porque tenía grandes pensamientos, como hombre de ánimo levantado y que había tenido cargos honrados en la guerra, pidió al rey la conquista y pacificación de las tierras de la Florida… (Herrera-Garcilaso, Manuscrito de Sevilla, 2020, p. 91).

Creo que debemos subrayar que el origen Barcarroteño de Hernando de Soto lo mantuvo el peruano al menos desde el manuscrito de 1592 hasta la publicación final de la obra, es decir, por espacio de 13 años. Un amplio lapsus de tiempo en el que el autor mestizo tuvo la oportunidad de corregir numerosos errores y erratas, como detalla el profesor Martínez Torrejón. Sin embargo, en todo momento mantuvo la nacencia barcarroteña del conquistador, pese a que tuvo tiempo más que suficiente para percatarse del error, si es que lo había. Cuesta creer que una confusión de ese calado, afirmada y reiterada por el Inca, hubiese pasado desapercibida para sus informantes, dos de ellos extremeños, y para los numerosos lectores que tuvieron acceso a los manuscritos previos.
Pero hay más, no podemos olvidar que la familia del Inca Garcilaso era de Badajoz. Por los estudios del Dr. Martínez Torrejón sabemos que durante 13 estuvo acudiendo, con su manuscrito bajo el brazo, en busca de posibles patrocinadores que publicasen la obra. Y ¿Por dónde empezó? Pues por buscar ayuda entre su familia paterna, vinculada a la Casa de Vargas, con cuyos miembros se encontró tanto en Badajoz como en Sevilla, aunque con poco éxito (Martínez Torrejón, Cuadernos de Çafra, pp. 30-31). También acudió a Zafra, donde esperaba que el duque de Feria, pariente lejano suyo, se interesase por su manuscrito. Finalmente, ni unos ni el otro se interesaron lo más mínimo por lo que terminó recurriendo a la familia Braganza de Portugal quienes, por motivos políticos, lo apoyaron. Fue así como su manuscrito consiguió finalmente ver la letra impresa, en Lisboa, en 1605.

A modo de conclusión, quiero decir que, la afirmación de Garcilaso en torno al nacimiento de Hernando de Soto en Barcarrota no es una simple alusión circunstancial. Es un convencimiento absoluto que se mantuvo en todos sus borradores, versiones y epítomes al menos desde 1589. Corrigió numerosas imprecisiones, errores y erratas a lo largo de los años, hasta llegar al impreso final de 1605, manteniendo de manera persistente la nacencia barcarroteña del conquistador.
PARA SABER MÁS
Garcilaso de la Vega: La Florida del Inca, Ed. De Sylvia L. Hilton. Madrid, Historia 16, 1986.
—– Los pre-textos de la Florida del Inca, Ed. De José Miguel Martínez Torrejón, Alicante, Universidad, 2020.
Martínez Torrejón, José Miguel: “De la casa de Feria a la tribu de Zafra. El Inca Garcilaso en su red social”, Cuadernos de Çafra Vol. XVI, 2020, pp. 19-51.
Mira Caballos, Esteban: Hernando de Soto, el conquistador de las tres américas. Badajoz, Fundación Obra Pía de los Pizarro, 2012.
ESTEBAN MIRA CABALLOS
Me parece muy esclarecedor el texto que edita, ya creo que se deben de acabar las dudas de la nacencia del Adelantado Hernando de Soto porque el que naciera en Villanueva de Barcarrota lo deja bien claro el Inca Garcilaso de la Vega basándose en otros que así lo eescribieron.
Guillermo Figueroa Luna
Más imporotante que el lugar de nacimiento es conocer las malfades que cometió como «conquistador». ¡Y no venbgan con que fue menos malo que otros! Se invasor y conquistador es el extremo de la maldad. Sin atenuantes.
Con permiso, está analizando algo que ocurrió hace cinco siglos con la mentalidad del siglo XXI, no me parece que esté acertado en su comentario…
Me interesa saber mas
El historiador Esteban Mira Caballos tiene publicados varios trabajos referidos al Adelantado Hernando de Soto.