
Tierra secularmente herida por la diáspora, que a menudo la ha despojado de sus habitantes más valiosos, Extremadura tiene en ocasiones la suerte de acoger personas de extraordinaria valía profesional y humana. Es el caso del Esteban Mira que, nacido en Carmona, reside junto a nosotros desde 1994, ejerciendo como profesor de instituto, próximo a otro colega de similares características, el sapientísimo Pedro Baños Martín, lujos los dos para la enseñanza secundaria.
Doctor en Historia,
Mira es considerado uno de los mejores especialistas en el análisis de las
relaciones entre España y América durante el siglo XVI. Autor de una larga
veintena de libros y numerosos artículos, ha colaborado también en importantes
obras colectivas, como el Diccionario biográfico español (donde suscribe un
centenar de entradas) o la nueva Historia Militar de España. Es miembro
correspondiente extranjero de la Academia Dominicana de la Historia (2004) y
del Instituto Chileno de Investigaciones Genealógicas (2012), instituciones que
valoran, sin duda, la calidad de los trabajos de Mira, pero también su
indefectible actitud de crítica contra cómo se produjo la conquista y
colonización del Nuevo Mundo.
Algunos de los protagonistas de aquel complejo fenómeno han atraído
especialmente su atención: Nicolás de Ovando, Hernando de Soto y, naturalmente,
las dos máximas figuras, Hernán Cortés y Francisco Pizarro, todos extremeños.
Hace poco reseñábamos aquí su libro Hernán Cortés. Mitos y leyendas del
conquistador de Nueva España (Trujillo, 2017), recreación de otro previo Hernán
Cortés: el fin de una leyenda (Badajoz, 2010). Aparece ahora el que dedica al
de Trujillo, no menos impresionante por la ingente documentación consultada
para componerlo.
El autor, que no deja de comparar a los conquistadores de aztecas e incas,
mantiene muchas de las tesis que ya señalábamos en su biografía del de
Medellín: empeño por consultar fuentes originales, separando mitos y leyendas
de la realidad histórica; repudio de las actitudes hagiográficas, tan abundantes
en este caso; denuncia de las barbaridades cometidas por los españoles (sin
ignorar las que sufrían los súbditos en aquel inmenso Tahuantinsuyu andino, de
economía estatalizada, bajo sus crueles emperadores e insolidarios
aristócratas) y no disimula admiración ante las gestas militares que pequeños
contingentes (mejor amados, sin duda) desarrollarían frente a ejércitos de
indígenas muy superiores en número, aunque peor dirigidos, desconcertados por
guerreros terribles.
Es mucho aún lo que se ignora sobre la infancia, adolescencia y juventud de
Francisco Pizarro, más conocido desde su llegada a América. Importa definir
rasgos que de su personalidad aquí bien se establecen: 1) Pertenecía a una
familia hidalga, de rancio abolengo, aunque se criase en hogar humilde. 2) Mal
orador, no tuvo formación humanística, ni apenas dotes diplomáticas, ni
habilidad para dirigir gobiernos. 3) Fue un destacado adalid, un guerrero
tenaz, astuto y valiente, un “baquiano” con enorme experiencia militar. 4)
Duro, ambicioso, cruel, capaz de repartir castigos e incluso penas de muertes,
tanto entre los indios como a sus propios soldados, si lo consideraba útil para
sus propósitos, destacaba su empeño en poblar y desarrollar económicamente los
territorios sometidos. 5) Fiel y generoso con los suyos, acumuló una
extraordinaria fortuna. 6) Sin olvidarse del terruño natal, hacia donde remitió
grandes tesoros, nunca quiso volver al mismo, fascinado por el mundo andino. 7)
Gustó relacionarse con princesas indias (su heredera fue Francisca Pizarro
Yupanqui, estirpe suya y de Atahualpa. 8) No tuvo suerte con sus hermanos
(Gonzalo y Hernando, sobre todo), ni socios (el rencoroso Almagro), a los
cuales se dedican referencias.
Volumen de cuatrocientas páginas, enriquecidas por abundantes notas, compuesto
con evidente y exitosa voluntad de estilo (se lee casi como una novela), la
biografía recoge también un exhaustico apéndice bibliográfico (el autor se
pronuncia sobre el posible valor de las fuentes) ; el imprescindible glosario
de términos quechuas y el oportuno índice onomástico. Esteban Mira Caballos,
Francisco Pizarro. Una nueva visión de la conquista del Perú. Barcelona,
Crítica, 2018.
DR. MANUEL PECELLÍN LANCHARRO
REAL ACADEMIA DE EXTREMADURA
Reconocimiento explicito a la ardua labor de investigación histórica, su precisión y la contextualización respectiva.