Vasco de Quiroga, llamado por los indios cariñosamente como Tata Vasco, fue uno de esos personajes excepcionales en la historia de la defensa de los derechos humanos. Nació en torno a 1470 en el pueblo de Madrigal de las Altas Torres (Ávila). Estudio tanto leyes como teología, trabajando en la audiencia de Valladolid, donde adquirió fama de persona recta e incorruptible.
En 1530, fue nombrado oidor de la audiencia de México para sustituir al corrupto Beltrán Nuño de Guzmán. Desde el primer momento quedó impactado por la dramática situación del indígena, repartido y vejado hasta límites insospechados. Por ello, decidió compatibilizar sus tareas jurídicas con una amplia labor caritativa a favor de los indios. Concretamente se dedicó a crear pueblos-hospitales que el siempre intitulaba de Santa Fe, uno en México, otro en Michoacán, donde residió como obispo desde 1536, en Pátzcuaro, etc.
Quiroga planteó la necesidad de fundar poblados agrícolas, sujetos a ordenanzas y supervisados por frailes que hicieran hábito de virtud. Basado en la semejanza del indígena con los apóstoles, en la humildad y simplicidad con que se mostraban, deseaba implantar una forma parecida a la primitiva iglesia cristiana, dejando constancia de esto en sus primeras cartas enviadas a España en 1531. En 1535 describió en su Información en Derecho trató temas como la guerra, la esclavitud o los rescates, identificándose con los ideales de santo Tomás Moro. Quiroga mantuvo el resto de su existencia este mismo ideal, redactando entonces las Ordenanzas para los dos hospitales-pueblo principales: el de México y el de Michoacán, llamados los dos de Santa Fe.
Estas ordenanzas se basan, como hemos dicho, en la Utopía de santo Tomás Moro, y establecen una organización campesina comunal. Las familias, estas se compondrían de una manera extensa, pudiendo abarcar parientes de todos los grados, más los sirvientes, obedeciendo todos al varón más anciano y a la matrona de la casa. En caso de que la población aumentase estaba previsto que se fundasen nuevas colonias.
Quiroga dispuso que las tierras de los pueblos- hospitales fuesen de uso comunal, aunque los vecinos podrían disponer de huertos familiares, aunque solo como usufructuarios. Por tanto, no se podría acumular riqueza, algo que Quiroga entendía que era el origen del mal. Por supuesto, nada en estos pueblo- hospitales se podría enajenar, ni siquiera los huertos usufructuados por las familias. Por causa de muerte o licencia, pasaba este derecho a los hijos o nietos mayores casados, por su orden y prioridad. En defecto de estos herederos, sucederían en el usufructo los mas antiguos casados y mejores cristianos.
Las festividades religiosas, como la de la Exaltación de la Cruz, San Salvador, Asunción, Pascua o San Miguel se celebrarían en una sala grande donde comerían todos juntos. El gasto era común, turnándose las familias para preparar los alimentos. En cuanto al hospital, aquí no existían esclavos, a diferencia de lo sostenido por santo Tomás Moro.
Vasco de Quiroga propuso a los jefes ancianos como dirigentes de las familias y un principal, que debía ser elegido por los ancianos en votación secreta, ocupando el cargo durante un período que oscilaba entre los tres y los seis años. El principal es el que sigue después del rector en jerarquía, debiendo poseer como virtudes la mansedumbre, procurando siempre ser más amado que temido por su pueblo. Quiroga sigue literalmente a Moro en que los acuerdos no se podían tomar el mismo día de la reunión sino varios días después, para evitar así tomar decisiones precipitadas. En el orden penal admite expulsar al incorregible, borracho o perezoso, previa consulta con el rector.
Este proyecto fue presentado al emperador en 1531, quien los autorizó, fundando el año siguiente el primer pueblo- hospital en México, y en 1534 otro más en Michoacán. La obra de Vasco de Quiroga tuvo una gran influencia posterior, incluso en las futuras misiones jesuíticas. Para Moreno Cuevas, don Vasco se adelantó varios siglos con un proyecto que, de haberse perpetuado en el tiempo, habrían cambiado la historia de México. Fue uno de esos miembros de la corriente crítica que denunciaron los abusos cometidos durante la conquista y primera colonización. Con palabras muy similares a Las Casas, afirmó que, si se hubiese tomado la tierra con buenas obras y con el evangelio en la mano se hubiese sometido la tierra sin otro golpe de espada, ni lanza, ni saeta, ni otros aparatos de guerra que los alborota y espanta. Murió el 14 de marzo de 1565 en Uruapan, mientras realizaba una visita pastoral por su diócesis para verificar el buen trato a los indios y el funcionamiento de sus pueblos-hospitales. ¡Mérito grandísimo para una persona nonagenaria!
Para saber más:
Hanke, Lewis: La lucha por la justicia en la conquista de América. Madrid, Aguilar, 1967.
Warren, F. B.: Vasco de Quiroga y sus hospitales-pueblos de Santa Fe. Morelia, 1977.
Zavala, Silvio: El ideario de Vasco de Quiroga. México, El Colegio de México, 1941.
ESTEBAN MIRA CABALLOS
Raúl Perezgrovas dice
En el Mapa de México del año 1550 (Mapa de Uppsala) [https://www.loc.gov/resource/gdcwdl.wdl_00503/] aparece la ilustración del primer Hospital-Pueblo de Santa Fe, fundado por el licenciado Vasco Vázquez de Quiroga y de la Cárcel, a cuatro leguas de la ciudad de México, antes de ser nombrado Obispo de Michoacán. Resulta interesante que es la única ilustración del Mapa en la que aparece un GRUPO de personas (más de 25), y se les observa esperando sus alimentos; algunas de estas personas tienen el rostro cubierto . El Hospital-Pueblo era un sitio de «hospitalidad» más que de sanación, pero podría ser que estas personas con el rostro cubierto hayan sido enfermos de lepra. En la ilustración se aprecia la casa grande (la familia), las casas de los otros «hospitalarios», la iglesia, el sitio de instrucción, el sitio de preparar alimentos, y la fuente de agua. El nombre indígena original del sitio donde se erigió el Hospital-Pueblo era ACASUCHIL, que es la «flor de caña» (Lobelia laxiflora).